Julián Castruita Sánchez
La
inquietud de escribir este artículo nace después de asistir a una conferencia sobre
la “Ética Política”, impartida por Héctor
Díaz Polanco, Presidente de la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia del
movimiento de regeneración nacional, en la cual se tocaron algunos puntos que
me gustaría compartir con ustedes.
El
intelectual dominicano, basando su análisis en la teoría del pragmatismo
político, del filósofo alemán Max Horkheimer. Señaló que cuando escuchamos la
palabra “pragmático”, la entendemos como sinónimo de práctico y a simple vista
ser práctico parece ser una virtud pero, en la política, cuando se está en
busca de un cambio, se vuelve un defecto.
Y
es que el político pragmático lo podemos definir en cuatro puntos: Es aquel que
busca llegar al éxito (individual) sin importar las formas y/o valores, utiliza
la anulación del pasado como una de sus principales armas, mantiene una
cercanía constante al centro político (es indefinido) y suele poner por encima
del fin, al medio. En suma el pragmatismo político es algo que actualmente
padecen los partidos políticos en nuestro país. A continuación veremos por qué.
La
pérdida de valores, la podemos encontrar en PRI, PAN y el PRD, estos partidos
han convertido la política en un medio de enriquecimiento personal de sus
dirigentes. En lugar de buscar establecer políticas que le traigan algún
beneficio a la sociedad, es el acceso a cargos públicos para, desde ahí,
favorecer a unos cuantos y a ellos mismos, lo que los motiva entrar a la lucha
política. Estos tres partidos se caracterizan por llevar a cabo acciones
similares, en busca del poder político. Cada uno en distinto nivel, reparten despensas,
coaccionan el voto, no les importa lucrar con la miseria de la gente, se exceden en gastos de campaña, promueven la
corrupción, usan el acarreo y el clientelismo como sus principales armas,
cometen fraudes electorales al interior y exterior del partido, se alían entre
ellos sin importar que tengan “ideologías diferentes”, tienen nexos con el
crimen organizado; en fin, hacen cualquier cosa ilegal con tal de seguir
viviendo del presupuesto.
Es
frecuente, en especial en el PRI y PRD; escuchar expresiones de líderes
refiriéndose a parte de la militancia como “mi gente”, frase que nos
ejemplifica claramente lo que significa hacer política para ellos en nuestro
país, cómo entienden a la ciudadanía como un objeto del cual se pueden apropiar
a través del clientelismo y acarreo. Podemos ver incluso, cómo políticos pasan
de un partido a otro; sin importar la ideología del mismo sólo para continuar
su carrera personal y trasladando a los otros espacios las mismas prácticas
aberrantes.
En
el PRI, vemos acciones con una total falta de ética y valores como: la
represión de Atenco, el endeudamiento de Coahuila, Tamaulipas y el Estado de
México; gracias a las gestiones de Moreira, Yarington, Montiel y Peña Nieto, la
exoneración a Raúl Salinas, el gobierno represor y autoritario de Ulises Ruíz o
los nexos al narcotráfico de Fausto Vallejo y Fidel Herrera. En los gobiernos del
PAN y PRD, vemos acciones similares; ahí tenemos a los niños de la Guardería
ABC, los muertos que dejó la guerra contra el narcotráfico de Calderón, la
desaparición del cadáver del “Lazca”, el lujoso departamento que el ex diputado
Cesar Nava regaló a su novia, la represión de Mancera a la protesta social en
el Distrito Federal, la vinculación de los ex gobernadores de Michoacán Leonel
Godoy y Lázaro Cárdenas Batel con el narcotráfico, la represión en Ayotzinapa;
entre otras.
Sin
embargo, este punto, la pérdida de valores, es más preocupante en un partido de
oposición que se hace llamar de izquierda, como el PRD. Actualmente a la
mayoría de sus integrantes, no les interesa difundir y defender un proyecto
político que pueda contrarrestar el del actual gobierno, mucho menos, planean
llevar a cabo una transformación del país, su objetivo es mantener pequeños o
grandes espacios de poder, en busca de un interés personal. Es claro que este partido
lleva a cabo todas las acciones políticas que aprendieron en el PRI. La mejor
expresión para ejemplificar este punto, es la frase dicha por Felipe Calderón
Hinojosa cuando era candidato a la presidencia de la república en 2006: “Haiga
sido como haiga sido” que bien la podría acuñar Miguel Barbosa justificando la
aprobación de las contrareformas por parte del PRD
Otra
de las características principales del pragmatismo político, sin duda es la
anulación del pasado. Los gobiernos pragmáticos se han caracterizado por borrar
la memoria histórica de los ciudadanos, y es así como han logrado mantenerse en
el poder. Hoy en día Enrique Peña Nieto nos dice que la reforma energética es “en
honor a Lázaro Cárdenas”, y hace cerca de tres años Felipe Calderón nos dijo
que “La Estela de Luz” fue construida con motivo de la conmemoración de los
cien años de la revolución mexicana; cuando es una simple escultura en forma de
galleta. La primera expresión, es una clara deformación histórica, y la segunda
no representa en nada la lucha que hace más de un siglo emprendieron miles de
mexicanos en busca de un mejor país.
El
PRI, traicionando sus orígenes y eliminado el último rasgo de su pasado
nacionalista, ha cambiado sus estatutos para permitir que potencias extranjeras
vengan a adueñarse de nuestro petróleo, sin impórtales que estén acabando con
el presente y futuro de millones de mexicanos. El PRI, busca modificar los
artículos 27 y 28 constitucionales que defienden las tierras y los recursos
naturales de la nación, y que fueron el logro de una revolución, movimiento del
cual surgió su partido; recordemos que en las épocas de Porfirio Díaz, las
petroleras extranjeras extraían nuestro petróleo sin pagar un solo centavo y se
enriquecían a costa de millones de mexicanos. Esto precisamente es lo que
quieren volver a hacer, aquí es donde señalamos esa falta de memoria histórica.
Por
otro lado, vemos al PRD, quienes se jactan de ser una “izquierda moderna”, por
el hecho de negociar con la derecha. Esto último, con una total falta de
memoria histórica, ya que hacen pactos y alianzas con los dos partidos que han traicionado
la voluntad popular, y contra los que se supone tiene un proyecto político
distinto. Es lamentable como Jesús Zambrano; presidente del PRD, haya pasado de
ser guerrillero de la “Liga 23 de septiembre” a ser comparsa del PRI; o Rosario
Robles de su marxismo universitario, al gabinete del PRI neoliberal. Así, el pragmatismo,
pero en especial la derecha política, que ya incluye al PRD, siempre nos dirá
que lo que importa es el presente y no el pasado. Esto lo logran con una de sus
principales armas, los medios de comunicación masiva; quienes se dedican a
deformar la información y a promover la ignorancia en nuestra sociedad.
En
un tercer punto, el político pragmático, siempre busca la comodidad, conseguir
las cosas fáciles sin ningún esfuerzo y, en pocas palabras, acomodarse
convenientemente dentro del espectro político según el beneficio que obtendrá.
El PRD por más se diga ser una organización de izquierda, por el simple hecho
de estar en un pacto político con partidos de derecha, en el cual se legitiman políticas
neoliberales, se está corriendo al centro y quizás hasta la misma derecha. Es
terrible la pérdida ideológica que ha tenido este partido.
Como
bien dice Díaz Polanco, el centro siempre lo define la derecha y este consiste
en repartir pequeños pedazos del pastel, pero sin perder el control político y
económico. Es terrible decirlo, pero el PRI ha anulado a la oposición
institucional en nuestro país. Así, la oposición partidista actualmente no
existe en México, el PAN y el PRD han convertido la en un acto de simulación.
Como Andrés Manuel López Obrador mencionó el 27 de Octubre en el Zócalo
capitalino, ambos partidos acordaron con el PRI que uno (el PAN) se opondría a
la reforma hacendaria y el otro (PRD) a
la reforma energética; sin embargo, esta oposición es discursiva, ya que está
acordado que pasen dichas reformas, puesto que sólo les interesa seguir
aparentando que vivimos en una democracia. El PRD tiene que simular que aún
sigue siendo un partido de izquierda y el PAN tiene que seguir haciéndose pasar
como defensor de las clases medias, pero lo que en realidad les interesa es
seguir teniendo un poco de poder (véase http://animalpolitick.blogspot.mx/2013/10/reformas-hacendaria-y-energetica-el.html).
Vivimos
en una partidocracia; nos hacen creer que vivimos en un régimen democrático, no
obstante, entre los tres principales partidos se reparten el pastel y da lo
mismo votar por uno o por otro. El Frente Democrático Nacional que después se
convertiría en PRD, liderado por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, sin duda dio
una apertura a la democracia, ya que en sus inicios fue un gran espacio de
lucha en busca de un mejor país. Sin embargo, todas las desviaciones ya
mencionadas, acabaron por pudrirlo. Ante esto, no sólo el PRD está traicionando
los principios con los cuales fue creado, inclusive, el PAN, cuando en verdad
era oposición con todo y su ideología de derecha, anticomunista, fascista y
conservadora, tuvo grandes luchadores por la democracia como Manuel Gómez
Morín, Manuel Clouthier o Carlos Castillo Peraza que si hoy vieran en lo que se ha convertido
Acción Nacional se sentirían avergonzados.
En
el cuarto punto definitorio del pragmatismo político, quizá el más importante,
se refiere al político pragmático que
suele poner por encima el medio que el fin. El mejor ejemplo de esto nuevamente
es el PRD, al que le gustó llegar a pequeños espacios de poder y mantenerse
ahí. El PRD se convirtió en un partido al que sólo le interesa ganar
elecciones, olvidándose de lo más importante que es lograr el cambio político.
Hoy vemos como en el PRD las tribus y militantes en general, se pelean entre
ellos por llegar al poder y claramente, el que comete más actos
antidemocráticos y es más corrupto es el que gana (sin importar si es el grupo
de los Chuchos, el de Bejarano, el de Marcelo Ebrard).
El
PRD se convirtió en un partido electorero, gran parte de su dirigencia empezó a
ver como su principal objetivo ocupar cargos públicos; en lugar de buscar una
transformación del país. En un inicio, el PRD lució como el medio para
conseguir la obtención de un mejor país; sin embargo, hoy en día su única
finalidad es hacer lo que sea para ganar elecciones. Esa es la izquierda que le
gusta a la derecha, aquella que puede controlar a base de “huesos”.
En
resume, ser pragmático equivale a ser de derecha y en México ya no tenemos
izquierda política. Cuando cometes acciones como las antes señaladas, dejas de
ser de izquierda; te olvidas de lo fundamental “el hombre no debe vivir de la
política, sino para la política”. El PRD dejó de ser de izquierda cuando
antepuso intereses personales a los de la nación, cuando replicó las
deformidades de la política como el acarreo y la compra de voluntades, cuando
dejó al olvido la memoria histórica, cuando pactó con la derecha el desarrollo
del neoliberalismo.
Con
los gobiernos neoliberales, cada vez encontramos más privatizaciones, menos
programas sociales y una preocupante reducción de tareas fundamentales del
Estado. Es por eso que se tiene la necesidad de la formación de una nueva y
verdadera oposición por la vía institucional.
Muchos
mexicanos vemos en MORENA esa verdadera oposición. Por eso, es preocupante la
situación en la que actualmente se encuentra nuestro movimiento, hemos centrado
toda nuestra atención en la coyuntura de la defensa del petróleo (lucha
legítima que necesariamente tenemos que dar), y en las asambleas constitutivas
estatales, como consecuencia de esto, hemos dejado a un lado la parte social de
MORENA. Desatendimos la lucha contra las demás reformas estructurales
neoliberales como son: la educativa, hacendaria, fiscal y laboral. En concreto parecía
que el levantamiento de la CNTE era lo que necesitábamos para fortalecer al
movimiento, pero inexplicablemente no lo supimos aprovechar. Ahora bien, sin
que descuidemos las luchas políticas y sociales de nuestro país, es necesario
que volvamos a poner atención en la formación de nuestro movimiento; no
olvidemos que lo nuestro es un proyecto a futuro.
MORENA
tiene una ventaja, se cuenta con la experiencia del PRD y tenemos a toda costa
que evitar imitar las prácticas políticas de dicha institución. Si MORENA pretende cumplir todos sus objetivos, tiene
que evitar convertirse en un partido pragmático, ser diferente y no un partido
más. Para conseguir esto necesita lo siguiente:
En
MORENA debemos tener en claro que para lograr nuestros objetivos son muy
importantes las formas; debemos ser honestos, democráticos (una verdadera
democracia, participativa e incluyente al interior y exterior del partido),
usar la concientización de la gente como nuestra mejor arma y sobre todo, nunca
perder nuestros ideales, los orígenes que nos han dado Patria. El mejor ejemplo
nos lo dio Andrés Manuel, cuando en el 2006 en una entrevista que se le hace a
Elba Esther Gordillo en la revista PROCESO, ella reconoce que en varias ocasiones antes de otorgarle
sus servicios políticos a Felipe Calderón; intentó tener contacto con López
Obrador, pero este siempre se negó a atender sus llamadas argumentando que él
no tenía nada que hablar con corruptos. Recordemos que Elba Esther en ese
entonces era líder del Sindicato más grande de América Latina, y el hecho de
haber aceptado un posible trato con ella
y todo su aparato electoral, hubiera significado deberle un favor.
Claro, esto pudo haber cambiado el curso
de la historia e incluso asegurado la presidencia para la izquierda en nuestro
país, sin embargo; AMLO dio una muestra clara de que las formas para lograr los
objetivos son primordiales y por acciones como estas, es que su movimiento
actualmente sigue contando con una gran
cantidad de simpatizantes.
Por
otro lado; como una organización de izquierda, MORENA debe de hacer siempre
énfasis en el pasado, tanto impulsar los orígenes de la Nación como para evitar
los desvíos, y es por eso que debe
recordar y tener como fuente de inspiración las tres grandes luchas que ha
tenido nuestra patria: La Independencia, la Reforma y la Revolución. Los
militantes de MORENA, con base a esas luchas, debemos luchar por la cuarta
transformación de la República.
Los
morenos no olvidamos los fraudes
electorales de 1988, 2006 y 2012; no olvidamos los gobiernos autoritarios y
represores de los movimientos estudiantiles del 68 y del 71, recordamos todo el mal que le han hecho a
nuestro país con sus políticas neoliberales: la venta de Telmex (bastión de la
fortuna de Slim y de Carlos Salinas de Gortari), la firma del Tratado de Libre Comercio,
desaparición del ferrocarril, el
FOBAPROA, la privatización de la banca, las extinciones de Luz y Fuerza del
Centro y Mexicana de Aviación y, ahora, el intento de privatizar PEMEX.
Asimismo, no se nos olvidan los 80 mil
muertos de Calderón.
Al
mismo tiempo reivindicamos y hacemos nuestras las luchas del pueblo ilustradas
a partir de a grandes personajes que nos
dieron patria como: Miguel Hidalgo, Benito Juárez, los Hermanos Flores Magón,
Francisco I. Madero, Francisco Villa, Emiliano Zapata y el General Lázaro
Cárdenas. Mostramos profunda admiración por aquellos defensores de los derechos
humanos como Rosario Ibarra de Piedra, y aunque no coincidamos en las vías de
lucha, mostramos respeto por la guerrilla que encabezaron los normalistas Lucio
Cabañas y Genaro Vázquez, así como de los movimientos armados del EZLN, la
APPO, ATENCO y el EPR. Realizamos comparaciones históricas, haciendo alusión
que la reforma energética de Peña Nieto, es exactamente lo mismo que la venta
de más de la mitad de nuestro territorio a Estados Unidos que hace poco más de
1 siglo llevo a cabo Antonio López de Santa Anna. Esa es la importancia que
tiene y debe tener la historia para la izquierda política.
Por
otro lado, MORENA debe siempre de estar orgullosa y reconocerse como una
organización de izquierda (no sólo en el discurso, sino también en los hechos),
que busca el bienestar social y que está en una lucha constante contra aquellos
que fomentan la desigualdad económica y social. La derecha siempre verá la
pobreza como algo natural e incluso la promoverá; sin embargo, nosotros siempre
debemos de cuestionarnos y combatir la existencia de tal desigualdad. Como
organización de izquierda debemos de estar siempre solidarizados con los
movimientos sociales que luchen por las causas justas. Las políticas
neoliberales y en específico las reformas estructurales propuestas por el
Ejecutivo Federal, no sólo afectan a las clases bajas, sino también a las
medias, a los pequeños y medianos empresarios y al pueblo de México en general.
Es por eso que una de las premisas de MORENA es la lucha por todos, no sólo por
aquellos que simpatizan con nosotros; sino también por aquellos que votan por
el PAN y por el PRI, ya que esto nos va a acabar afectando a todos de alguna
manera. Esa ideología de izquierda, es la que nos permite voltear a la
Latinoamérica, e identificarnos con las grandes luchas revolucionarias contra
el neoliberalismo que han dado personajes como: Salvador Allende, Hugo Chávez,
Evo Morales, Rafael Correa o “Pepe” Mujica.
MORENA
debe de tener claro que el medio es el partido, el medio sería llegar al
gobierno, pero ese no es el objetivo de nuestro movimiento, su verdadero fin es
la transformación de nuestro país y hasta que no lo consigamos vamos a seguir
luchando con ideales, de la misma manera que los hacemos ahora. El fin es lo
verdaderamente importante, el medio solo te ayuda a conseguirlo.
Los retos para MORENA son grandes y sería
iluso decir que en su interior se están exentas las prácticas aprendidas en el PRD, y mucha
gente intentará penetrarse en el movimiento con la única intención de conseguir
intereses personales. Por eso el buen papel de las Comisiones de Honestidad y
Justicia, en las que los militantes pueden
ir a poner sus quejas por prácticas antiestatutarias, es esencial para la salud
del movimiento. Sin embargo. Si bien esto promueve la cultura de la denuncia,
como bien dice Díaz Polanco tampoco son comisiones inquisitorias y se deben dar
resoluciones a estas denuncias con su debido tiempo, y cuando haya pruebas
contundentes se sancionará debidamente. La única forma de hacer que este órgano
funcione, y evitar dichas prácticas, es mediante la concientización de las
bases; con una formación política constante. Esto con el fin de defender
siempre los principios de nuestro movimiento, para poder llevarlo a buen
puerto. Aquí nada, ni nadie, puede pasar por encima de los estatutos.
Es
fundamental que MORENA se convierta en un partido de líderes, difundiendo y
defendiendo nuestro proyecto. Con esto construiremos un partido de cuadros;
propositivos y críticos a su dirigencia. Los militantes de morena deben estar
alejados del pragmatismo político y, por el contrario, ser un ejemplo de que la
política es asunto de todos y como tal se puede actuar de manera honesta,
congruente y libre.
El
propósito de MORENA es tener un mejor país. Ese nacionalismo y amor a la patria
es el que nos debe hacer continuar en la lucha día con día, si lo tenemos
siempre en mente difícilmente llevaremos a cabo actos de traición. Debemos
recordar que si alguno de nosotros falla no será al partido, a AMLO o a
nosotros mismos; sino a nuestra Nación, a nuestros hijos, nietos y al pueblo de
México.
Abrazos
combativos.