martes, 26 de noviembre de 2013

MORENA NO ES UNA MARCA DE SOPAS

Mariana Ibargüengoitia

MORENA (Movimiento Regeneración Nacional) es el movimiento político-social más esperanzador que tiene nuestro país. Esperanzador no por una cuestión cursi amorosa mesiánica, sobre la que se han hecho los ataques más fáciles y cómodos a este movimiento, sino por el alcance en tiempo y espacio que tiene el ambicioso proyecto que enuncia: la transformación del país mediante la revolución de las conciencias.

La esperanza en Morena nace luego de ver  en los hechos la manifestación congruente de las ideas e ideales de un hombre: Andrés Manuel López Obrador. 

Pero en política la esperanza no debe serlo todo. Finalmente todos los días y a todas horas estamos propensos a encontrar esperanza en muchas partes. El ejemplo más claro es la publicidad. Las marcas también nos prometen esperanzas… nos ofrecen la posibilidad de ser atractivos, delgados, poderosos. Esperanzas sobre aspiraciones establecidas por el mercado a través de las marcas. Fácilmente satisfacen nuestras ilusiones, nos globalizan, nos unifican la ropa, calzado, comida, gustos, ideas.

En la política esto no puede ser igual. Un partido político no puede quedarse en el concepto de la esperanza o la ilusión, de lo contrario encajará más bien con las características de un producto y sus palabras podrán confundirse con un infomercial.

En Morena se debe tener claro lo anterior sobre todo porque la esperanza ha sido mucho tiempo su lema, su bandera. No está mal ni es engaño, pero debe trascender a la acción.

Los lectores de este texto tendrán mucho conocimiento del proyecto de Morena, pueden hablarnos desde su conformación devenida por varios procesos como el desafuero y las elecciones fraudulentas de 2006 y 2012, hasta la búsqueda de la conformación de Morena como partido político y demás cuestiones del movimiento.

Dirán lo anterior y más; tendrán fotografías de presentaciones de libros, de asambleas, de mítines, de marchas, de congresos, porque un día ellos rompieron el cerco informativo; porque de boca en boca, a lo largo de los años se transmitieron el mensaje de un hombre. Un mensaje, muchas ideas.

Morena ya tiene mucho contenido, proyecto para todos, para el sector de los trabajadores del campo, para los jóvenes, para los adultos mayores; hay planes de acción para reactivar la economía, para utilizar los recursos naturales sin poner en riesgo el bienestar de los que vienen, para asegurar educación, salud, bienestar.

El mensaje se ha esparcido y hay muchos morenos, obradoristas o ambos (o ninguno de los anteriores, pero sí luchadores sociales pacíficos que algún día se inspiraron en este proyecto)¿Cómo se ha logrado esto? A través de la comunicación y la difusión.Comunicar eficiente y eficazmente permite organizar.

No basta tener una gran idea, un gran proyecto en el papel, si no lo difundimos ampliamente. En ese sentido se tienen dos tareas de comunicación en morena. Al interior, se necesita que fluya la información, que no haya gente dentro del movimiento que no esté enterada de lo que está ocurriendo, de los procesos que se están desarrollando y de las responsabilidades de cada quien. No debe haber vacíos de información y mucho menos discrecionales.

Al exterior, deben ejecutarse cada vez mejores estrategias de comunicación y difusión; debe cuidarse que el volanteo no se vuelva vicio o acción meta, que los recursos impresos lleguen a donde deben llegar, que las personas con experiencia en diseño, comunicación, psicología social apoyen con creación, con estrategias de reparto, con mensajes claros entre las bases. En la elaboración de estas estrategias sí está permitido voltear a ver lo que hacen las grandes marcas, cómo se posicionan hasta el último rincón del país, en el poblado más lejano, en el más pobre, en el más difícil de acceder.Sin una buena comunicación de los objetivos, los argumentos y los métodos no habrá organización. 

Asistamos a uno de los recuerdos más gratos de este andar: el Encuentro Nacional de Estudiantes con AMLO (21 de mayo de 2012). El objetivo era claro, se tenía que difundir entre el sector juvenil que había un candidato que tenía un proyecto para ellos, que tenía propuestas en materia de educación y empleo; además el contexto era ideal ya que se encontraba efervescente la expresión estudiantil Yo soy 132. El alcance fue exitoso.

En contraste, con afán de hacer una crítica constructiva, debe reconocerse que en semanas pasadas a Morena se le fue un momento diferente, pero con características similares, igual de relevante para poner de manifiesto el alcance del movimiento: la movilización de los maestros de la CNTE.

En plena efervescencia del conflicto magisterial, se oyeron rumores, hubo ruido e incertidumbre; entre los morenos no faltó iniciativa, muchos estuvieron con los maestros, durmieron con ellos, les llevaron comida, ropa y lonas… pero a este acto solidario de lucha le faltó más que un mensaje solidario de la dirigencia, faltó una estrategia real para establecer alianzas a partir de las coincidencias entre el proyecto político del movimiento y las demandas de los profesores. No se trataba de ejercer un desdibujamiento de alguno de los movimientos sino, por el contrario, plantear plataformas de acción común ante fines comunes, a saber, la lucha contra el neoliberalismo y sus reformas estructurales. 

En consecuencia, por las características propias del movimiento, que ha planteado un proyecto para todos, Morena debe diferenciar a los que están y a los que faltan –que no estereotiparlos-, con la finalidad de definir la estrategia de comunicación más adecuada para cada sector o región. No es lo mismo lo que atrae al adolescente que a la persona de la tercera edad; no tiene la misma posibilidad económica y de tiempo el campesino para informarse mediante las redes sociales, que un joven citadino. No es lo mismo hacer la invitación a un mitin que organizar comités territoriales y dirigir convocatorias. 

La esperanza de moren es su proyecto y sus acciones, lo que obliga a una amplia difusión del mismo a todos los actores de la población mexicana para, entre todos, luchar por su realización.

Cada responsable de comunicación de un comité delegacional o municipal, estatal e inclusive el nacional, debe analizar bien el contexto (espacio, tiempo, cultura) en el que se encuentran los mexicanos para, por un lado, mantener y por otro atraer a la militancia que este proyecto social requiere. 

Parafraseando a AMLO, en Morena no es que se quiera proyección por proyección, es que sí hay mucho que proyectar, sí hay mucho que difundir. Trascendamos la esperanza con la in-formación. No debe claudicarse que algo se pegará, motivará y cambiará en quién escucha el mensaje, la estrategia, el plan de Morena. No deje de presionarse a las dirigencias a no temer manifestarse solidarios con otras expresiones de lucha. Comunícate no sólo con el moreno sino con el pueblo. Difunde Morena.

1 comentario:

  1. En lo que respecta a las tareas de Comunicación de Morena, saludamos el ánimo constructivo en este texto y manifestamos nuestra apertura para la colaboración con representantes de la cartera en los municipios y simpatizantes en general. Compartimos este blog para mayores informes:

    http://voyconmorena.mx/secretaria/comunicacion/

    Secretaría Nacional de Comunicación, Difusión y Propaganda Morena

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