lunes, 10 de marzo de 2014

El México que nos espera sin la participación ciudadana

Mariana Ibargüengoitia


Un domingo a las 11 de la mañana parece un buen día de la semana y un horario factible para invitar a los habitantes de alguna de las colonias de la CD de México a que asistan a un parque cercano a su casa a participar en una charla para informarse, cuestionar y/o dialogar sobre los asuntos públicos que deberían importarnos como ciudadanos mexicanos. Se puede confiar que al ser un día no laborable, un horario no tan temprano como para desvelar a los invitados o tan tarde como para irrumpir sus ocupaciones cotidianas, se asegurará su presencia por una hora a un evento ciudadano.

En ese sentido,  el domingo 9 de marzo a las 11am, en la colonia Paseos de Churubusco en Iztapalapa, integrantes de morena organizaron una charla informativa con Silvia Reza Cisneros, miembro de la comisión organizadora del Congreso Popular, y Roberto Mendoza, coordinador distrital y consejero estatal de morena df, para compartir información puntual sobre el “México que nos espera con las reformas estructurales” recién aprobadas bajo mandato de Enrique Peña Nieto y la complicidad de panistas y un sector importante de perredistas. 

Sin embargo, y pese a ser una de las colonias de Iztapalapa que escapa a las condiciones marginales (económicas y educativas) características de la demarcación, y convocar desde una semana antes al evento por medio de  volantes casa por casa, voceo, colocación de lonas en lugares estratégicos de la colonia; la afluencia de los vecinos no es la esperada ¿Por qué?

¿El alcance de la convocatoria fue limitado?  ¿hizo falta volantear más? ¿se tienen que colocar más lonas? ¿se debe de avisar con mayor tiempo de anticipación sobre el evento? Si así fuera, el remedio es cuantitativo: potenciar esfuerzos. Se imprimen más volantes, se doblan las jornadas de perifoneo por las calles, y se acompañan a los respetables, pero no tan conocidos ponentes, de caras más vistas. Cuestiones que los organizadores, integrantes de comités de morena, están dispuestos a hacer.

Pero ¿y si el problema es cultural? ¿Si el problema es un desencanto e indiferencia que parece echar raíces en nuestro país? ¿Y si se condena a los organizadores la aspiración de ser partido político?

En este caso los remedios cualitativos son más complicados a resolver  que los cuantitativos. Cambiar una idea, revolucionar las consciencias es más complicado que dar tres volantes en vez de uno.

La izquierda se compone de luchas particulares, de gente que en el sector donde estudia o labora, o en la comunidad donde vive, ha padecido las decisiones de gobiernos ilegítimos que con la corrupción y ambición como motores, han saqueado al pueblo de México. Hay expresiones como el Congreso popular y MORENA, que además integran a personas que ven la necesidad de la unión de esas luchas particulares. Pero hay muchos otros mexicanos que aún persisten en mantener la apatía y el desinterés sobre lo que acontece a su alrededor ¿acaso están de acuerdo en la miseria que existe, ya sea porque no la padecen en apariencia o ven con indiferencia lo que otros sufren? Pienso que no, pero no se ha encontrado la forma de contrarrestar el manejo mediático que hace a los mexicanos ser pasivos, indiferentes u opuestos a todo lo que tenga que ver con la política.

Pero si voceros de ambas trincheras se unieron en un mismo espacio con el objetivo de informar, ojalá juntos vayamos también en el actuar, si no siempre y no todos, sí en las batallas más fuertes contra la derecha, contra los simuladores del progreso, la libertad, la justicia. Sólo así podremos avanzar en la lucha de ideas, que es la verdadera lucha a la que nos enfrentamos. Esta es una disputa entre paradigmas de pensamiento. Aquel obtenido a lo largo de años que nos hace creer que las “cosas siempre serán así” y aquel que empuja la noción de que “somos nosotros quienes podemos transformar a este país”.

Estamos trabajando con ánimo y paciencia en los cómos sin negar que a ratos, en algún momento del análisis nos preocupen los cuántos, porque poco podemos hacer sin mayoría. 

Por eso hoy valoramos este esfuerzo llevado a cabo en Paseos de Churubusco. Nos recuerda que el reto es grande, que además de los enemigos de nombre y apellido, de los saqueadores nacionales y externos de los recursos y la identidad de nuestro país, tenemos como enemigos a la desinformación, la decepción (válida) y la indiferencia.

Ahí vamos de nuevo: in-formar, concientizar, organizar, reforzar, asegurar participación con convicción. Para que así sea un domingo a las 11 am o un lunes a las 6 de la tarde, haya personas dispuestas a dar un poco de su tiempo para luchar por su país. Ya se ha avanzado, pero como se evidenció el domingo pasado, en una de las colonias de Iztapalapa, aún falta mucho por hacer.

Asumamos el reto. No olvidemos que hace tiempo, al recibir una invitación a un evento político, los ahora organizadores, rechazaron asistir y hoy están, hombro con hombro, luchando juntos












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